Mismo puntaje respecto a Qatar 2022 y dos unidades menos tras las primeras tres jornadas en el camino hacia Rusia 2018. Pero, la gran diferencia aparece en la generación.
No solo la Selección Peruana hizo cuatro goles a esta altura de los pasados procesos mundialistas. 14 remates al arco de camino a Rusia, 15 tiros a portería respecto a Qatar. ¿En estas Eliminatorias 2026? Un punto, cero goles y cero disparos a puerta. El equipo de Juan Reynoso apenas registra un tiro al palo y otro desviado.
La caída 0-2 en Santiago ante Chile manifiesta un déficit del cual se lograron respuestas en las intenciones. Priorizar el cero en arco propio es lógico, muy normal en el ‘Reynosismo’, que esta vez no solo no asomó a atacar, no tuvo respuestas en conjunto para defender y menos mostró un plan con el balón una carencia general de juego.
Juan Reynoso cambió otra vez el sistema y optó por cuatro modificaciones en su alineación. 1-4-2-3-1, con los retornos de Advíncula y Gonzales, y los estrenos en esta campaña de Zambrano y Aquino.
Las elecciones de contar con Luis Advíncula por delante de Aldo Corzo y Andy Polo en la izquierda, para acompañar a Miguel Trauco, fueron los primeros mensajes del comando técnico de que en Chile el plan era mirar a nuestra portería y fortalecernos en bandas. Velocidad, músculo, rigurosidad táctica.
Exigir un mayor volumen en los costados no llevó a cortar esas vías de progresión a ‘La Roja’. Gabriel Suazo, de los laterales el que previsiblemente iba a desdoblar más, de forma continua se posicionó en campo contrario. La presencia de Advíncula no resultó ser una dificultad. En el sector contrario, Diego Valdéz, respaldado por un central como Paulo Díaz, tuvo retenido a Andy Polo y superó en la mayoría de sus enfrentamientos a Miguel Trauco.
Chile jugando muy abierto para estirar a Perú y desbaratar su estructura defensiva a partir de mover el balón de forma continua. Formó líneas de pase y contó con la ocupación de espacios de sus volantes internos para abrirse camino. Fundamental Alexis Sánchez, que como ‘falso 9’ retrocedió para hallarse detrás de Aquino Yotún y ganar una alta cifra de balones parados a favor del local, generando así de las principales formas para llegar hacia Gallese.
Pedro Gallese, en realidad, fue otra vez el mejor recurso de resistencia, junto a Carlos Zambrano que se impuso en todos los enfrentamientos a Sánchez hasta los 70 minutos que estuvo en el campo. Pero la réplica colectiva como defensa resultó distante a la que se puso en escena ante Brasil, de forma específica cuando la pelota llegaba por aéreo o Chile intentaba terminar en la zona entre Abram y Trauco.
El 1-0 fue un calco de la anotación de Marquinhos en Lima. Saque rápido para sorprender en el primer palo a un elenco desorganizado (ni siquiera Guerrero llegó al área), que nuevamente padeció defender los balones quietos y los centros cruzados.
Los equipos de Juan Reynoso no se han caracterizado por imponerse con la posesión de balón, aunque sí evidenciando una intención cuando consigue tener la pelota. El juego directo, contragolpes, centros al ‘9’, provocar la pérdida del esférico cerca de su misma área y más. Pero Perú en Chile fue timorato.
Temor para arriesgar en el pase, muy rígidos con la estructura, sin desmarques para encontrarnos a diversas alturas del campo. Costó en exceso mantenernos con la pelota del mediocampo hacia adelante. Ni Advíncula ni Polo son los más destacados para contribuir a un circuito de juego, pero no hubo tampoco una rebeldía desde los mismos jugadores. Christofer Gonzales no conduce a la selección, la conexión que se pensaba con Yoshimar Yotún nunca se concretó. Los futbolistas de ‘mejor pie’ en la alineación sin la posibilidad de gravitar.
No es apuntar al estilo de Reynoso y creer si es el adecuado para la Selección Peruana, o exigir un cambio drástico desde la propuesta del entrenador queriendo ver ya mismo a los jugadores del recambio generacional en acción. Sí es evidenciar que con Chile fue una carencia general de todo. Ni atacando ni defendiendo. Con o sin la pelota.
Los cero disparos a puerta en 270 minutos de Eliminatorias son preocupantes. Hasta aquí nula capacidad de encontrar un circuito ofensivo para que el delantero o los atacantes tengas posibilidades más concretas de convertir. Solo asomos robando el esférico y queriendo llegar rompiendo a partir de la conducción con velocidad, una jugada que las poquísimas veces que se dieron terminaron siendo individuales. Si como grupo no se halla una manera, poco puede cambiar un jugador en particular por más talento, experiencia o presente que tenga con su club.
Y también hasta aquí ha sido mayor el tiempo no solo de proponer a contrarrestar, Perú más ha defendido mal que bien, urgiendo mucho de Gallese o una jornada inspirada de un central, antes Tapia y en Santiago con Zambrano el tiempo que duró. El pragmatismo de Juan Reynoso, efectividad como sello para lograr resultados, no aparece en el equipo y es él precisamente quien lo necesita más que cualquiera. No por la tabla, sino para conseguir después de noviembre ese tiempo de trabajo para preparar a una mejor selección.