No hay mal que dure cien años, ni Alianza Lima que lo resista. El Defensores del Chaco fue el epicentro de un momento histórico. Fue testigo de cómo se rompió el maleficio que era una espina clavada en los millones de hinchas blanquiazules. Y es que en el estadio más grande y con mayor historia en Paraguay, el bicampeón nacional logró dejar atrás 30 partidos sin ganar en la Copa Libertadores. Una mala racha que lo perseguía año tras año, la cual ni técnicos de jerarquía como Miguel Ángel Russo, Pablo Bengoechea y Mario Salas, lograron revertir. Pero después de once años, se puso punto final bajo la batuta de Guillermo Salas, un hombre de la casa que recién está cimentando su carrera como DT.
La eufórica celebración de Salas con los puños cerrados y el grito hacia el cielo grafica lo que costó una gran victoria (2-1) ante Libertad en Asunción. Alianza Lima se llevó un triunfaso con goles de Aldair Rodríguez y el colombiano Pablo Sabbag ante un equipo que llegaba al enfrentamiento con el cartel de favorito y el cual había dado el batacazo ganando a Atlético Mineiro en el mismísimo Brasil, pero el cuadro paraguayo no pudo encontrar el camino para hacer respetar su localía en la segunda jornada del Grupo G de la Libertadores.
Alianza cerró bocas de sus detractores el 20 de abril del 2023. 4 055 días después, su imagen internacional comienza a cambiar. Más allá de algunos errores, mostró la actitud necesaria para pelear cada balón. Hizo un partido inteligente y efectivo, así consiguió salir airoso en tierra extranjera. Además, fue una victoria de gran dimensión también en lo económico, dado que se logró un premio de 300 mil dólares (S/ 1 133 371.50). Una victoria que vale oro. Un triunfo que hoy en día lo coloca como puntero de su serie. Todo perfecto en Matute.