En un emotivo gesto lleno de respeto y cariño, los Golden State Warriors rindieron un conmovedor homenaje a Dejan Milojevic, el entrañable entrenador asistente del equipo, quien partió inesperadamente la semana pasada a los 46 años. La triste noticia conmocionó tanto a la familia de la NBA como a los aficionados del baloncesto en todo el mundo. En los prolegómenos del encuentro frente a los Atlanta Hawks, el técnico principal de los Warriors, Steve Kerr, lideró un tributo que reflejó el profundo impacto que Milojevic dejó en la comunidad del baloncesto.
En un momento cargado de emotividad, Steve Kerr tomó el micrófono en el Chase Center para expresar con palabras llenas de afecto el legado de Dejan Milojevic. «El mundo perdió una bonita alma la semana pasada, Deki era un gran amigo, un gran entrenador de baloncesto, un gran hombre, y más importante, un buen nieto, hijo y padre», declaró Kerr, destacando la multifacética personalidad de Milojevic y su impacto más allá de las canchas.
En lugar del tradicional minuto de silencio, Kerr propuso una ovación que resonara en el corazón de Milojevic. El Chase Center se convirtió en un coro unificado de aplausos, un tributo ensordecedor que trascendió las fronteras terrenales para llegar al alma de quien tanto significó para los Warriors y para la comunidad del baloncesto en general.
El gesto no quedó solo en las palabras y los aplausos del público. Las plantillas de los Warriors y los Hawks se unieron en la pista, mostrando que, más allá de la rivalidad en el juego, hay un lazo humano que trasciende cualquier competencia deportiva. El respeto mutuo y la solidaridad se hicieron palpables en ese momento de unión en honor a Milojevic.
Dejan Milojevic, conocido cariñosamente como Deki, trazó su camino en el baloncesto desde sus días como jugador hasta su destacada labor como entrenador. Su pasión y dedicación se reflejaron tanto en las canchas como en la vida diaria, dejando una huella imborrable en todos los que tuvieron el privilegio de conocerlo.
Desde su temprana retirada como jugador debido a problemas de salud, Milojevic encontró su vocación en la enseñanza y el entrenamiento. En 2012, dio el salto al mundo de los entrenadores y demostró su valía en equipos como el Mega Vizura de su país y el Buducnost montenegrino, antes de unirse al prestigioso cuerpo técnico de los Warriors en 2021.
Su partida repentina dejó un vacío no solo en el equipo de Golden State, sino en toda la comunidad del baloncesto. Sin embargo, su legado perdurará en las vidas que tocó y en el impacto que dejó en el deporte que amaba.
Además de su contribución en los banquillos, Milojevic dejó su huella en el terreno de juego como jugador. En las temporadas 2006-07 y 2007-08, vistió la camiseta del Valencia, dejando su marca en la historia del baloncesto español.
El homenaje a Dejan Milojevic no solo fue un tributo a un talentoso entrenador y exjugador, sino también un recordatorio de la importancia del respeto, la camaradería y el amor en el mundo del deporte. Su legado perdurará en los corazones de quienes lo conocieron y admiraron su trabajo incansable dentro y fuera de la cancha. En un deporte tan competitivo como el baloncesto, la memoria de Milojevic seguirá siendo un faro de inspiración y humanidad.